Origen del MCC en Venezuela

El 3 de abril de 1959, el padre Cesáreo Gil Atrio llegó a Caracas, Venezuela, con una misión especial encomendada por sus superiores de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Nació el 14 de mayo de 1922 en Orense, España, recibió su formación sacerdotal en el Seminario de su ciudad natal y en la Universidad Pontificia de Salamanca. Ingresó a la orden de los Operarios en 1942, siendo ordenado sacerdote el 1º de marzo de 1947 y graduándose en Teología en junio de ese mismo año.

Padre. Cesáreo Gil Atrio

” Un Operario Incansable “

Tras su ordenación, trabajó en los Seminarios de Zaragoza y de Murcia durante seis años. En 1953, fue designado Director Espiritual del noviciado de los Hermanos Maristas en la diócesis de Tuy Vigo, donde también dictó ejercicios espirituales y retiros. En 1955, participó en el Cuarto Cursillo de Cristiandad en España y, entusiasmado por la experiencia, se dedicó casi exclusivamente a dar Cursillos en diversas diócesis españolas.

Al llegar a Caracas, se entrevistó con Mons. Arias, el Arzobispo de la diócesis, sobre su misión. Como el asunto requería la opinión de la Conferencia Episcopal de Venezuela, que se reuniría en octubre, el Arzobispo le sugirió que, mientras tanto, se instalara en el colegio La Salle y tomara algunas horas de clase. El Padre Cesáreo Gil, con su carácter dinámico, solicitó más trabajo, y al mencionar su experiencia con los Cursillos de Cristiandad en España, el Arzobispo le pidió que los organizara en Caracas.

A pesar de estar inicialmente destinado a una breve estadía en Venezuela, Cesáreo Gil aceptó la tarea, condicionado a que viajara a Colombia para conocer la realidad americana y que los Cursillos se proyectaran para matrimonios. Además, debía coordinarse con el Delegado Nacional de la Acción Católica, Mons. José Rincón Bonilla, quien apoyó el proyecto.

Cumpliendo con el mandato del Arzobispo.

Cesáreo Gil viajó a Bogotá, Colombia, en mayo de 1959, para observar cómo se llevaban a cabo los Cursillos allí. Tras reuniones con sacerdotes y laicos, concluyó que los Cursillos colombianos eran como ejercicios espirituales acursillados, pero faltaba importancia a la Reunión de Grupo y a la Ultreya.

De regreso a Caracas, propuso a Mons. Arias tres enfoques posibles para los Cursillos: como medio de formación y conquista para la Acción Católica, como Movimiento de apostolado adherido a la Acción Católica, o como un Movimiento independiente. Mons. Arias sugirió el segundo enfoque y autorizó la iniciación de los Cursillos en Caracas “Ad Experimentum”. Así, aunque informalmente, los Cursillos recibieron su aprobación y el “vamos” definitivo para la preparación del primer Cursillo.

El primer Cursillo de hombres en Venezuela.

Se fijó para los días 20 al 23 de agosto de 1959, y el primer Cursillo de mujeres para los días 27 al 30 de agosto de 1959. Para el de hombres, se consiguió el Colegio de La Salle como local, y para el de mujeres, el Convento de las Siervas del Santísimo.

A las 18:30 horas del 20 de agosto de 1959, comenzó el primer Cursillo de Hombres en Caracas, con 25 laicos, un sacerdote, un hermano de La Salle y un lego dominico, totalizando 28 participantes. El equipo estaba compuesto por el padre Cesáreo como Director Espiritual, Jorge del Villar como Rector y Antonio Romeu como auxiliar. Los Cursillos de Cristiandad habían comenzado en Venezuela.

El primer Cursillo de Mujeres.

Inició el 27 de agosto de 1959 a las 18:30 horas, con 30 participantes, mayormente solteras y una religiosa. El equipo incluyó al padre Cesáreo como Director Espiritual, Jorge del Villar como Rector y Rosa de García, Julia de Solanas y Alicia Bertone como auxiliares. A pesar de algunas anécdotas curiosas del “Indio” Del Villar, los Cursillos fueron exitosos.

El 8 de septiembre de 1959, durante la reunión mensual del clero con Mons. Arias, el padre Gil fue nombrado oficialmente “Encargado” de los Cursillos de Cristiandad en Venezuela.

Para diciembre de 1959, se habían dado seis Cursillos de Hombres y cuatro de Mujeres en Caracas. En 1960, el Movimiento se extendió a otras diócesis venezolanas, comenzando en Maracaibo. La rápida expansión y la necesidad de adaptación llevaron al padre Gil a planear el Primer Cursillo de Dirigentes y la 1ª Asamblea Nacional del Movimiento, celebrados en julio de 1961, con gran participación y éxito.

La Conferencia Episcopal Venezolana.

Autorizó la formación del Secretariado Nacional el 21 de octubre de 1961, y en 1962, designó oficialmente al padre Gil como Asesor Nacional y a Blas y María Luisa Lamberti como presidentes nacionales. Así, el Movimiento de Cursillos de Cristiandad en Venezuela se consolidó, marcando una importante línea de renovación cristiana en América Latina.